domingo, 23 de diciembre de 2012

UN CUENTO DE NAVIDAD

¿Cómo vive la Navidad un sobrecargo? Bueno es un poco difícil de explicar y creo hablar por muchos de mis compañeros de la empresa donde trabajo. Por eso decidí (a grosso modo) contarles esta historia navideña que encierra un poco de lo que vivimos en estas fechas.
Todo comienza cuando recibes en tu casillero una solicitud de vuelo para Navidad y fin de año, muchos que tienen a su pareja en la empresa, tienen familia en otro estado de la república fuera del DF, la familia vive en otro país o sólo por el gusto de pasarla en otro lado suelen pedir su vuelo de Navidad. Otros que prefieren estar en casa, se esperan a que sea publicada la lista para escoger la secuencia de vuelos y escoger sus descansos en dichas fechas. Aunque esto no es nada simple porque la mayoría quisiera estar en casa esos días, entonces comienza el suplicio. Yo recuerdo que había gente que se iba a formar desde las 8 de la noche del día anterior, para ser de los primeros en la mañana en escoger su secuencia y encontrar los descansos anhelados. A pesar de que la gente muy antigua tiene preferencia ante los más nuevos siempre había la posibilidad de encontrar algunos días libres a la noche de vísperas y la Navidad (por eso la importancia de llegar temprano).
Si corrías con la fortuna de estar en casa con tu familia estabas del otro lado, pero por sí alguna circunstancia no pudiste escoger tus descansos (estuviste volando los días que se escogió secuencia, los más antiguas arrasaron con todos los descansos etc.etc.etc.) lo único que pedías es que te tocara llegar a la pernocta a una hora decente donde pudieras disfrutar de una rica cena en compañía de tus compañeros y descansar al otro día en la ciudad donde pernoctaste o salir un poco tarde para desvelarte a gusto jajajaja. Porque si no, te podía agarrar la noche del 24 volando o de reserva y no saber donde ibas a terminar o como la ibas a pasar. Pero como es Navidad y esta es mi historia, todo va a salir bien, bueno eso espero.
Llego a mi casillero a finales de Noviembre con todo el nervio del mundo y descubro que me tocó estar en ORD (Chicago) llegando el 24 de Diciembre a las 10pm y saliendo y el 26 en la madrugada a la ciudad de México, después de 4 días fuera de casa. En esta historia no voy a hablar del shopping navideño por que tendría que hablar mal de los aduaneros, de cómo nos revisaban hasta las amalgamas, de cómo se portaban déspotas con nosotros y como es un cuento de Navidad no voy a hablar mal de nadie.
Cuando tenía que volar en Navidad procuraba hacer una cena antes o después del vuelo de Navidad con mi familia, y así poder irme un poco más tranquilo a mi vuelo. Muchos compañeros se llevaban a los vuelos a su esposa o esposo e hijos, a sus papás o a su prima o primo dependiendo el caso, e incluso algunos llevaban su propia cena para disfrutarla con sus seres queridos en la pernocta.
Se llegaba la hora de irme de vuelo pero antes hacía las llamadas telefónicas correspondientes, a los familiares y amigos más cercanos para felicitarlos y brindarles los mejores deseos. Ponía en mi maleta mis mejores trapos para convivir con la tripulación y vámonos de vuelo!!!
Cuando llegaba al aeropuerto veía caras de angustia (sobre todo los que 
estaban de reserva) que inmediatamente al verte te preguntaban ¿adónde vas? ¿Ya firmaron todos? ¿De cuantos días es tu vuelo ¿Con quién vas?, otros se les veía más relajados, pues ya salían de 
intocables (5 días de descanso que nos daban al mes) pero todos
nos abrazábamos deseándonos feliz Navidad. Afortunadamente mi 
tripulación era la mejor que podía haber deseado, todos listos para disfrutar del vuelo y pasar la Navidad como una "familia temporal".
El primer día pernoctamos en GDL (Guadalajara) nos fuimos a comprar algunos víveres para la cena del 24 y planeamos la que íbamos a hacer esa noche. 
Despegamos de GDL el día 24 con destino final el aeropuerto internacional O'HARE de Chicago. Todos (pasajeros y tripulación) ansiosos por llegar a nuestro destinó. 
Llegamos al hotel y nos encontramos con la agradable sorpresa de que el hotel nos tiene una cena en uno de sus salones de eventos, todo como una cortesía para hacernos pasar una Navidad más placentera ya que estamos lejos de casa y somos más de 8 tripulaciones hospedadas en ese hotel. 
El primer oficial se ofrece a apuntar nuestros nombres en los registros del hotel para que se nos asigne una habitación. Mientras tanto los demás checamos la lista de tripulantes para ver quien más está hospedado, esperando encontrar con algún familiar, amigo o simplemente ver con quien cenaremos (en el buen sentido, claro) esa
noche. Recibimos nuestras llaves y nos vamos a nuestras habitaciones, no sin antes decir el acostumbrado "no se tarden, ahorita nos vemos". Entro a mi cuarto y lo primero que hago es marcar a casa para saber cómo se la están pasando (recuerdo que hace muchos años antes de subir a tu habitación cambiabas algunos dólares por monedas, para hablar a tu casa en los teléfonos del Lobby, no faltaba que te encontraras con varios compañeros comunicándose con sus seres queridos, después fueron las tarjetas de prepago, luego los celulares y el nextel hasta llegar a la video conferencia en Skype) me cuentan que todo está muy bien y que me extrañan mucho, saludo a todos los que están reunidos en casa y les mando un fuerte abrazo deseándoles que se la sigan pasando bien, cuelgo y en ese momento me llega un sentimiento de tristeza por no estar abrazando de verdad a todos aquellos con los que me acabo de comunicar. Total saco mi ropa, la plancho y me doy un buen baño
para sacudirme esa tristeza, quitarme el aroma a avión y tener pila para bajar a cenar. 
Llego al salón donde se llevará a cabo la cena, ya hay muchos compañeros sentados y conviviendo, saludo con mucho gusto a uno por uno, pues siempre es un placer verlos y más ver tanta gente tan querida y mucho más en esos momentos. Toda mi tripulación fue llegando poco a poco excepto una compañera que no quiso bajar porque se sentía
muy mal (después supimos que fue más grande su tristeza que las ganas de convivir con sus compañeros, es que siete meses antes se había estrenado como mamá y se sentía muy mal por no estar con su bebé en su primer Navidad). 
Fue una noche en general divertida, aunque no falto destellos de tristeza por parte de algunos compañeros, algunos porque en la cena en casa iban a estar familiares que hacía muchos no veían, otros porque un familiar acababa de morir, otros porque nunca habían pasado una Navidad fuera de casa y lejos de la familia, otros porque se habían pelado antes del vuelo con su pareja ya que no entendían que no fuera a estar con ellos en la cena etc.etc.etc. Más no faltaba quien los consolara, ofreciera su hombro, una palmada en la espalda y algunas palabras que los animara y así hacerlos sentir un poco mejor.
Vimos desfilar a muchas tripulaciones que salían de vuelo esa noche y pasaban a dar el abrazo antes de partir, algunos de vuelta a casa y otros a continuar su vuelo en otro destino, entre ellos me encontré con la ya famosa Luz Clarita, que al verme corrió a darme mi abrazo, la salude y abrace con mucho cariño y le desee un buen vuelo.  
Cenamos, brindamos, bailamos (bueno, bailaron porque a mí no me gusta) contamos chistes, anécdotas y ¨patoaventuras¨ que nos reímos con todas nuestras fuerzas tratando de disimular esa tristeza que realmente todos estábamos escondiendo. Llego la madrugada y así como llegamos nos empezamos a retirar uno a uno, nos fuimos despidiendo de todos hasta que el salón quedo vacío. Llegue a mi cuarto con la satisfacción de habérmela 
pasado muy bien y a la vez deseando haber estado con mi familia, me metí en la cama y con lágrimas en los ojos apague la luz y me quede dormido. 
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Quizá los datos del vuelo (número de días, horarios) no sean reales, lo que sí es real es que en los momentos difíciles siempre estábamos ahí para apoyarnos unos a otros, como buenos tripulantes y excelentes seres humanos, nos dábamos soporte emocional, palabras de aliento, abrazos o simplemente con tener a alguien que nos escuchara era más que suficiente, siempre dispuestos a evocar una sonrisa a tender tu mano y sobre todo tu corazón. Siempre fuimos y seremos una familia, LA GRAN FAMILIA MEXICANA.
Muchas gracias compañeros por todos esos momentos tan hermosos que viví a su lado... Y los que nos faltan todavía, porque esto aún no se acaba. (Léase cantando el tema de Porky Pig) "Pronto volveremos con...más diversiones..."
FELIZ NAVIDAD!!!
 
 

1 comentario:

  1. Me hiciste revivir lo que en alguna navidad vivo y odie,lo odie fin toda mi alma el no poder estar con los míos sobre todo con mis hijos pero ahora que lo veo desde afuera todos hacíamos un esfuerzo o mejor dicho un sacrificio para que jamás faltara NADA en nuestras casas así fuera que nosotros estuviéramos del nabo pero a los nuestros nada les faltaría, y ahora con mayor conciencia de lo que tengo y lo que no digo que con todo gusto volvería a pasar por todo eso, que a mis hijos no pasaran por las cosas que han tenido que pasar estos dos años, que no les falte jamás nada,por lo de las pernotas en estas fechas ya no estaría tan preocupada porque se que aunque este lejos de ellos es para que estén mejor,porque ahora se que es lo que YO ESCOGI y porque junto a mi familia mexicana nunca me volveré a sentir sola.

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