martes, 14 de enero de 2014

EL LIBRO AZUL

Ayer me fui a cortar el cabello a una de las más prestigiadas y carísimas estéticas masculinas en Puebla y... Bueno la verdad me fui a cortar el cabello a la peluquería "Las Hadas" que es atendida por Don Heriberto, ubicada a dos cuadras de la casa de mi madre y la neta cobra $55.00 el corte. Independientemente de mi situación económica, no crean que es por lo que cobra que voy ahí, sino realmente es porque el señor sabe hacer su trabajo y me gusta como me corta el cabello, llevo ya muchos años acudiendo con  él cuando la "mata" me ha crecido lo suficiente como para sentirme incómodo (realmente ya perdí la cuenta de cuantos años tiene cortándome el cabello, pero son muchos).
Don Heriberto comenzó a cortar el pelo, siendo aún aprendiz, a los 15 años y desde ese día hasta hoy, 72 años después (así es, hicieron bien su cuenta, va a cumplir en marzo, 87 años, ustedes dirán si tiene experiencia) el señor no falta jamás a su compromiso con las melenas, bigotes y barbas largas o desaliñadas de lunes a sábado. excepto hace un par de años que se vio muy mal y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de la vesícula, y gracias a que el señor nadó diario (hasta ese día) durante 68 años, es que salió sin complicaciones y tuvo una rápida recuperación, si ustedes lo llegarán a conocer el señor es un "Roble" realmente un ejemplo de fortaleza, salud y disciplina. Ahora sólo tiene permitido, por su médico, nadar una hora una vez a la semana,
Su negocio esta construido actualmente (ya que antes estaba en un negocio más grande sobre la avenida Juárez, mismo que compartía con su hermano y otros socios) en lo que alguna vez fuera la cochera de su casa, ubicada en la frontera de la colonia San Alejandro y la colonia Las Hadas (de ahí el nombre de la peluquería) aquí en mi querida Puebla de Zaragoza o Puebla de los Ángeles, como más les guste.
Yo iba caminando cuando vi a lo lejos a Don Heriberto y estaba apenas abriendo la cortina de metal que resguarda el negocio, inmediatamente al abrir se deja ver un cancel pintado de azul con unos enormes vidrios, la fachada pintada de blanco en la mitad superior y un letrero pintado en letras rojas, y azul en la mitad inferior. Cuando entré salude a Don Heriberto, él contestó el saludo y me pidió que lo esperara unos minutos en lo que se terminaba de instalar. Me senté en un pequeño sillón individual negro, que tiene acomodado junto a la entrada y pegado al cancel, para las personas que están esperando turno. Mientras tanto mi mirada hacía un breve recorrido por el negocio, del lado izquierdo está la silla de peluquero, una silla muy antigua, pero en excelentes condiciones, de acero cromado y forrada en piel negra marca "Colombia". Al lado, el mueble donde tiene todos sus instrumentos de trabajo, sobre el mueble también hay un radio despertador, viejo como él solo, que es el que usa cuando el cliente es muy aburrido y no quiere platicar con él, entonces programa una estación de AM llamada "La Mexicana" donde oye los nuevos valores de la música, como Agustín Lara, Pedro Infante etc, etc, (muchas veces no platico con él, por eso sé) arriba del mueble dos grades espejos forran la pared de lado a lado, con su respectivas lámparas de neón a lo ancho de los espejos, en uno de los espejos está pintado con letras negras y muy borrosas, por el paso del tiempo, el nombre Heriberto, exacto en ese lugar es donde él trabaja. De frente a mi y empezando por el lado izquierdo, hay una puerta que es el acceso a su casa, a escasos 20 centímetros está otra puerta que es el baño, luego otra silla de peluquero (igualita a la primera) un mueble donde hay una grabadora vieja, pero no tanto, donde escucha sus CD's y otro espejo con su respectiva lámpara, al lado hay una cajonera  de seis cajones donde muchas veces esta puesta su TV, y si, también muy antigua, a color pero creo que son de las que aún no traían control remoto de marca "Sony" con su antena de conejo, misma que sólo ve cuando no tiene clientes (paso muy seguido por ahí y lo veo, no crean que los estoy choreando, yo soy una persona muy seria) todo este espacio siempre esta vacío ya que él, desde hace algunos años, trabaja solo. Del lado derecho está un... ¿Cómo llamarlo? Mini ropero, es como donde ponen la ropa en los centros comerciales pero con techito y una base que es donde pone las revistas pero más chiquito y obvio muy antiguo, al lado hay una planta "millonaria", creo, y junto otro sillón, una silla y un sillón más para esperar turno. Por último, tiene un perchero donde coloca su bata y donde tú puedes dejar tu saco, chamarra gorra, sombrero o lo que lleves, mientras te cortan el cabello.
Bueno, les puedo seguir platicando largo y tendido mil anécdotas y relatos que me ha contado este señor a lo largo de su vida como peluquero, pero ¿a qué es lo que iba con este relato? ¡Ah ya! de tanto choro ya hasta se me había olvidado. Empecé a revisar el material de lectura para ver en qué me entretenía mientras me cortaban el cabello, la verdad no tenía muchas ganas de platicar ese día, aunque sé que siempre es interesante la plática, no me sentía de humor. Me encontré con un cuento de "Gasparín" ya sin la pasta, dos "Archie" que le faltaban varias hojas, un "Memín Pinguín" ya todo amarillo por el paso de los años, una revista "Proceso" toda pintarrajeada, el póster de Ninel Conde de un "Tv Notas" que ya no estaba, el "Sol de Puebla" aún sin leer, y un libro de pasta dura que llamó inmediatamente mi atención, de unos 30 cm. de largo por unos 25 cm. de ancho aproximadamente, con una portada en azul rey y un collage con fotos de moléculas, átomos, cadenas de ADN, gente de todas las razas, microscopios, telescopios, ecuaciones, tubos de ensayo, científicos etc, etc. Todo esto formando un globo terráqueo y que llevaba por título "Cholula's University of Scientific Research and other Bullshit". Lo tomé y lo empecé a hojear, tenía unas fotos maravillosas y reportajes aún más.
El primer capítulo trata de los viajes y dice que, está científicamente comprobado que tú puedes transportarte de un lugar a otro perfectamente bien sin la necesidad de publicarlo en Facebook, explican que por más "Likes" que le de la gente, no vas a llegar antes. También habla de la comida, explican que todas las quesadillas, tacos, tostadas, tortas de tamal que te tragues, por más que les tomes foto y las publiques, de todos modos te vas a poner como marran@, no por mucho publicar amaneces más flac@, explica. Lo mismo pasa con el alcohol, ya sea unas caguamas, el vino más caro o el licor más fino y tu pachanga sea al lado del campo de fútbol a donde vas a cascarear o en una mansión de Beberlly Hills, por más fotos que publiques de qué o en dónde te lo vas a tomar, de todos modos vas a amanecer con una pinche cruda que no te la vas a acabar.
En otro capítulo se habla de un grupo de investigadores Mexicanos que, se están dando a la tarea de descifrar los grandes misterios que encierran los manuscritos hallados en los baños públicos de todo el país. En coordinación con otras agencias investigadoras del todo el mundo como el FBI, la CIA, la KGB y Laura Bozzo del Perú entre otras. Por ejemplo, una de las líneas de investigación es comprobar si realmente es "puto yo" o "puto el que lo lea". Otra es, comprobar si "el Brian ama a la Sofía", ¿cuándo nació ese amor? ¿será que ya se casaron? ¿O terminado la prepa, tronaron? Otro de los misterios es... ¿Será que realmente el "Juancho was here" y cuándo fue que estuvo?
Donde tienen a más gente trabajando y a marchas forzadas, es en el esclarecimiento de uno de los misterios que más tiene intrigado al país, (no, no es lo del "saiote" de Cristian Castro, eso dicen que pasarán miles de años antes de saber que carajo quiso decir) y que es ¿quién fue el gran poeta urbano que escribió con su dedo lleno de... ese poema que todos conocemos? "Caga feliz, caga contento, pero no seas cabrón y cagate a dentro". ¡Wow! Qué interesante.
Cuando más picado estaba yo en el libro, fue cuando don Heriberto me dijo que ya había terminado con el corte. Cómo me hubiera gustado que se hubiera tardado más, pues estaba apunto de leer varios de los misterios que encierran las canciones populares y que ya, según ellos, los habían resuelto. Por ejemplo decían que ya sabían, "qué le pasa a Lupita" , qué es lo que quiere "la niña fresa", sabían perfectamente "de quen chon", tenían ya identificado a "quién pompó", decían saber "qué cosas suceden con el apagón" etc, etc, etc. Pero las respuestas a todo eso no las pude leer ya que tuve que pagar e irme con la duda.
Espero que la próxima vez que regrese a la peluquería esté todavía el libro y pueda continuar leyéndolo, así podré contarles más.
Ya lo busqué en internet y no lo encuentro por ningún lado, en todas las librerías está agotado y ya no lo van a imprimir, dicen que fue una publicación de colección y su tiraje fue muy limitado, ni modo a esperar mi próximo corte.

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